La importancia de demostrar el aporte de la comunicación interna a la estrategia organizacional, con indicadores y resultados tangibles.
Sabemos, como comunicadores, que “lo que no se comunica, no existe”. Es decir, si no somos capaces de visibilizar algo, para nuestro interlocutor eso está totalmente fuera de su horizonte vivencial. No es parte de su mundo.
Por otra parte, en el mundo organizacional y empresarial, está muy extendida la frase “lo que no se mide, no se gestiona”[i], porque si no somos capaces de evaluar algo, no podemos saber si estamos mejorando.
Si unimos estas dos miradas podemos decir que nuestro impacto al comunicar debiera ser medible. No solo visibilizamos lo que nuestra organización es y aporta; tenemos que ser capaces de demostrar que agregamos valor y de medir para mejorar.
Así, juntamos dos mundos, que a simple vista no se conectan: un mundo más cualitativo con uno cuantitativo. Un mundo “soft” con uno más numérico, que muchas veces no es atractivo para quienes estudian comunicaciones.
Las preguntas que surgen aquí, son: ¿existe claridad del rol estratégico de las comunicaciones internas?, ¿es factible demostrar el impacto que generamos en la estrategia empresarial?, ¿se puede medir la efectividad o el retorno sobre la inversión (ROI) de las acciones comunicacionales que realizamos? Yo estoy convencida que sí, por eso me di a la tarea de prepararme, estudiar, investigar y lograr desarrollar un libro – mi tercer texto- que busca entregar herramientas para medir la efectividad y el impacto de nuestra disciplina.
Cómo medir y demostrar nuestro impacto
Estas y otras preguntas son respondidas en el libro, que invita a un viaje de crecimiento desde la mirada operativa de la comunicación interna hacia una visión estratégica de su gestión. Un viaje que inicia con la importancia de tomar decisiones basadas en datos, de generar objetivos e indicadores medibles, de incorporar la metodología de retorno sobre la inversión para intangibles, de realizar diagnósticos y/o benchmarks, y de generar un tablero de mando para la comunicación interna.
Desde allí se genera, además, la necesidad de pensar nuevas competencias para profesionales de esta noble disciplina.
Creo que es un libro que cuestiona la mirada tradicional de un comunicador o comunicadora, forzándola hacia un rol de estratega, que aporta valor a la organización y que es capaz de medirlo y demostrarlo, sin morir en el intento.
Aprovecho de agradecer a todos los que aportaron para que este libro viera la luz, especialmente a Néstor Hidalgo, Natalia González y Tania García, quienes editaron y diseñaron este innovador y desafiante texto; y a todo el equipo Internal, cuya pasión por la comunicación interna trasciende fronteras.
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Seguimos comunicados,
[i] Cita de William Thomson (Belfast, 1824 – Netherhall, 1907). Físico y matemático británico también conocido como lord Kelvin, título nobiliario que le fue otorgado en reconocimiento a sus estudios e invenciones. Aunque fueron numerosas y notables sus contribuciones a la física (y en particular a la termodinámica), es especialmente recordado como el creador de la escala termométrica que lleva su nombre (Escala de Kelvin).
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